La gracia es un don, así como la salvación es un don dado por Dios. Pero se nos dan estos dones por una razón. ¿De qué sirve si comprendes el don de la gracia pero aun así caes en pecado en tu propia vida? Dios deja en claro que entiende que nosotros, como seres humanos, podemos pecar. John Bevere hace una gran analogía: el don de la gracia es como recibir las llaves de un vehículo para escapar de una destrucción segura, pero no usarlas. Ese es el problema con el mensaje de "gracia" pura que enseñan muchas iglesias. Sí, estamos bajo la gracia, pero es el mismo don de la gracia el que nos permite trabajar por nuestra salvación con temblor (Filipenses 2:12). No somos solo receptores, somos participantes activos. Si se te da un don, aún tienes que desenvolverlo y usarlo en todo su potencial. De lo contrario, ¿de qué sirve simplemente recibir un regalo envuelto y tenerlo acumulando polvo en alguna parte?
Vea la discusión completa de John Bevere sobre este tema aquí.